El 21 de enero del 2000, se produjo en Quito-Ecuador la culminación de un arduo proceso democrático de reafirmación civil, encabezado por trabajadores, pequeños comerciantes e indígenas entre muchos otros sectores. Estos últimos despuntaron como protagonistas principales y, unidos en torno a la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), lograron tomar el edificio del Congreso Nacional y formar una ‘Junta de Salvación Nacional’ con el general Carlos Mendoza y el ex-juez de la Corte Suprema, Carlos Solorzano. Esto con el apoyo del coronel Lucio Gutierrez y otros oficiales del ejército y la policía. Las razones de este levantamiento se encuentran, entre otras, en las cruentas políticas de ajuste económico impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ejecutadas autoritariamente a nivel local por el presidente de turno, el neoliberal Jamil Mahuad. Entre algunas de estas políticas estaba la de privatización y la dolarización que, en busca de frenar la inflación y estabilizar las tasas de ganancia de los inversionistas financieros y empresarios, prácticamente condenaba al pueblo trabajador de Ecuador a la más terrible miseria.