El Consejo de Europa (CE) fue el que prohibió la clonación de seres humanos. Y así lo dispone también el Protocolo del Consejo de Europa firmado el 12 de enero de 1998, por el Comité de Ministros del CE, el reciente Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Bioética, actualmente en proceso de ratificación. Se trata de la primera ley internacional vinculante sobre la materia. El protocolo prohíbe ‘toda intervención destinada a crear un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto’. El art. 2 del protocolo, señala expresamente que no se admite excepción alguna. Pero se deja a las leyes de cada Estado determinar en la práctica qué se entiende por ‘ser humano’, si se incluye o no al embrión. La medida pretende evitar los abusos a que daría lugar la aplicación de esas técnicas en el hombre. Según expresa el propio CE, con la prohibición se trata de proteger la identidad biológica de los individuos e impedir que se los instrumentalice.